Conocé a los jugadores argentinos

SUS PERFILES




El director técnico: Sergio Batista
Muchos directores técnicos sueñan con dirigir la Selección argentina de fútbol. Sin embargo, son pocos los que llegan a lograrlo. Uno de ellos es Sergio Daniel Batista, quien fue el último en alcanzar esta meta y se mantiene actualmente en el cargo. “Checho”, como se lo apoda, arribó como entrenador interino del conjunto nacional luego del Mundial de Sudáfrica tras la polémica salida de Diego Armando Maradona. El 11 de agosto de 2010 debutó en un amistoso frente a Irlanda en Dublín, aunque el momento que el “Checho” esperaba ocurrió el 2 de noviembre, cuando se lo confirmó como DT de la Selección.

Si bien fue sorpresiva su designación, Batista no llegó al predio de Ezeiza por arte de magia. Él fue el encargado de encabezar un proyecto en las selecciones juveniles con las que le ha tocado alternar buenos y malos momentos. Sin duda que los más significativos fueron la obtención de la medalla de oro con la sub 23 en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 y unos meses más tarde la no clasificación de la sub 20 para el Mundial de Egipto.

Para “Checho” hay un equipo que marca tendencia por su juego y no es otro que el FC Barcelona. El conjunto “Azulgrana” genera fascinación en una gran cantidad de admiradores de este deporte en todo el mundo. “Me contó Messi que en el Barcelona todos los trabajos se realizan con pelota”, afirma Batista. Tal vez sea ese el sello distintivo que el actual DT debe darle a la “albiceleste”, un sistema en donde Lionel Messi se sienta cómodo y que se pueda lograr una identidad como equipo que eclipse a lo que por ahora son puras individualidades.

(1) Juan Pablo Carrizo, "amadeus" 
La foto todavía ocupa un lugar central en el living de su antigua casa de Empalme Villa Constitución, en Santa Fe. Aquel niño de edad imprecisa posa contento con una pelota de fútbol, la camiseta de River y unos guantes de arquero. Como si se tratara de una de esas revelaciones imperceptibles a la que todos advierten una vez consumado el hecho, aquella imagen es la primera versión de un retrato que, aunque con notables diferencias de contexto, conservará siempre su esencia. Es que Juan Pablo Carrizo, hoy arquero de la Selección argentina, ídolo en Núñez y ya convertido en  hombre, preservó siempre esa frescura, esa alegría y ese genuino amor por el fútbol más allá de las imposiciones de la alta competencia. “A pesar de ser un profesional, nunca dejé de disfrutar esto que amo y que es jugar al fútbol”, concede.  La corteza, eso que termina siendo el envase, pinta a un hombre que aparece en todos los noticieros deportivos y es considerado por varios el mejor arquero del fútbol argentino; el contenido, aquello que va por dentro y que sólo el protagonista conoce, descubre a ese niño despreocupado y alegre de esa foto que se aislaba del mundo jugando a la pelota.

 - River: un amor al que siempre se vuelve

En la vida y en el fútbol suceden historias análogas. Hay experiencias que bien podrían sacarse de la cotidianeidad y ser aplicadas a ese deporte o viceversa para explicar ciertos episodios. Juan Pablo Carrizo se fue de River a mediados del año 2008 como esos hijos que abandonan la casa de sus padres en busca del crecimiento personal, de la consagración. Claro que para eso cargó una mochila repleta de laureles: arquero titular de la selección, figura de un equipo campeón y refuerzo estrella de la Lazio de Italia, testificaba su currículum antes de tomarse el avión desde Ezeiza. Regresó dos años más tarde como aquellos que vuelven después de una mala experiencia a “empezar de nuevo”, con un inventario negativo, sin ninguna gloria y con algunas penas. En Italia nunca pudo afirmarse como titular y sufrió el enjuiciamiento de los tifosis del equipo romano, en Zaragoza peleó el descenso hasta la última fecha y en Argentina se reencontró con su casa, River, atravesando uno de los peores momentos de su historia. ¿Declive?, para nada. “La experiencia en Europa fue muy valiosa a pesar de que no se dio como yo la imaginaba. Aprendí mucho, conocí gente que me ayudó a crecer como profesional”, explica como quien ha sabido capitalizar los deslices, filtrar lo bueno de lo malo.

- La selección, su cuenta pendiente

Los hilos que entretejen el éxito suelen ser muy delgados, tan sensibles como para que un mal día postre a un protagonista, de un sacudón y sin avisos previos, a la hoguera de la crítica desmesurada. Para Carrizo, esa delgada línea que separa la gloria del olvido se rompió aquella tarde de 2009 en La Paz, por las eliminatorias para el Mundial de Sudáfrica, en la que la Argentina de Maradona cayó 6 a 1 ante Bolivia y se originó el ostracismo del arquero que casi por dos años no volvió a pisar el predio de Ezeiza. “No quiero ser egoísta, pero en lo personal considero que ese partido fue el mejor que tuve en la selección”, asevera, aunque el tamiz de Maradona no haya coincidido con su evaluación: el técnico nunca más lo tuvo en cuenta y lo excluyó de la lista de jugadores para la Copa del Mundo. Recién con Sergio Batista se le reabrieron las puertas. El Checho lo desenterró del olvido y lo convocó para un amistoso ante Ecuador en Mar del Plata, y su apellido fue uno de los primeros confirmados para disputar la Copa América. “Ganarla, y en nuestro país, sería un sueño”, expresa.  Así, pudo conciliarse con ese destino celeste y blanco que muchos le auguraron cuando, todavía con acné en la cara, irrumpió en un Sudamericano Sub 20 allá por  2003.

(2) Ezequiel Garay, la promesa defensiva
Desde muy chico comenzó a jugar a la pelota en los clubes de barrios con el sueño de algún día llegar a ser profesional. El primero fue el “Social y Deportivo Cultural Sarmiento” y luego paso al “Club Santa Teresita”.

Garay creció en una familia humilde del barrio de Rosario. Mientras su madre, Miriam, era ama de casa, su padre Gregorio trabajaba como lechero. El dinero que ganaba su papá era la única entrada que disponía la familia y en algunos casos resultaba insuficiente, por ésta razón Ezequiel decidió  a los 13 años probar suerte en las categorías inferiores de Newell’s Old Boys, como defensor central, para ayudar a su familia a nivel económico.

Con tan sólo 18 años debutó en la primera del club de Rosario y una semana después de conseguir el título del Torneo Apertura 2004, Américo Gallego lo ubicó en la cancha.

Su imponente físico, la calidad para sacar la pelota jugando desde atrás y su habilidad en el juego aéreo no pasaron de inadvertido en Europa y al año siguiente cruzó el océano para sumarse en su primera aventura con el Racing de Santander de España, donde se convirtió en el defensor más goleador de Europa, anotando diez goles durante la temporada 2006/07.

Más allá que estaba todo acordado para que a principios del 2008 formara parte de la plantilla del Barcelona, finalizó aterrizando en el Madrid. “Con el equipo Catalán estaba todo pactado. Sin embargo, por unos motivos que desconozco se rompió. Por suerte, después apareció el Real Madrid”.

A pesar de que su presente en el equipo Merengue no sea la mejor, ya que no ha podido conseguir continuidad en el primer equipo y no encontrarse en los planes de José Mourinho, el argentino no pierde las esperanzas de poder tener una oportunidad para demostrar sus grandes condiciones a los dirigentes madridistas que tanto apostaron por él cuando apenas tenía 18 años.

(4) Nicolás Burdisso, el León 
Se puede asegurar que es un excelente padre. El ex jugador de Boca Juniors, Nicolás Burdisso, demostró en el 2005 que es capaz de dejar todo con tal de que su familia este bien.

El León, apodo con el cual es conocido, ha llegado a abondar por un tiempo su carrera profesional debido a que a su hija Angelina, que en ese momento tenía tan solo 2 años, le detectaran una leucemia. El jugador del Inter, no dudo ni un minuto en regresar desde Italia para estar al lado de su pequeña a lo largo del tratamiento.

Belén, su mujer, confesó estar orgullosa de él y comentó que no esperaba menos, que sabía como era como persona y no le asombraba la decisión que había tomado Nico en ese momento. Además resaltó: “Nicolás como padre es excelente y el amor, la alegría y la fuerza también nos ayudaron mucho”.

Fue con este momento tan duro que le tocó vivir, cuando Nico se dio cuenta que todos ser humano tiene un punto débil y el de él es precisamente es su hija y su familia, por quienes es capaz de dejar todo otra vez.

Sobre la enfermedad, el defensor, comentó que era una enfermedad que tiene cura y pasó un mensaje de esperanza para toda la gente que la sufre.

Meses antes de enterarse la enfermad de la niña, el actual jugador dela Selecciónargentina fue padre de un varón.

En ese momento su vida profesional estaba en el Inter, pero él destaco que los dirigentes se portaron muy bien debido que lo dejaron venir ala Argentinasin ningún problema y después de más de seis meses de tratamiento volvió y recuperó su lugar en el equipo y además tuvo la posibilidad de jugar el Mundial de Alemania en el 2006.

Un hombre morocho,1.82 metroscomenzó su carrera en las inferiores del Club Atlético Boca Juniors y jugó su primer partido como titular el 10 de octubre de 1999 contra Instituto de Córdoba por el torneo Apertura de ese año con una victoria 2-0.

Después de ganar su tercera copa con los xeneises y volvió a participar dela CopaIntercontinentaly su equipo venció al Inter de Milán, club en el que comenzaría a jugar en el 2004.

Ya en el Inter, Burdisso tuvo la posibilidad, más que la posibilidad el honor ser el último en vestir la camiseta número 3 que utilizaba Giacinto Facchetti, que se dejó de utilizar en su homenaje. Respecto al homenaje el defensor argentino declaró: “Para mí es un honor cambiar hoy el número en homenaje a Giacinto Facchetti,  un hombre, y no solo un presidente, que estuvo muy cerca mio y de mi familia cuando nos toco atravesar un momento difícil”.

En el 2009, comenzó a jugar en AS Roma de Italia, donde jugó una temporada, volvió al Inter por tan solo un año y regresó al AS Roma donde juega en la actualidad.

El léon formó parte del equipo argentino que ganó el Campeonato Mundial Juvenil en el año 2001 y debutó conla Selección mayor el 31 de enero del año 2003 en un partido contra Honduras. Además tuvo la oportunidad de ser convocado y disputar tres partidos en el mundial de Alemania en el 2006 y jugar cinco en Sudáfrica 2010.

El ex jugador de Boca y el Inter, hoy forma parte del plantel de AS Roma y convocado por el director técnico Sergio Checho Batista para conformar el seleccionado nacional enla Copa América que se disputará en julio de este año en nuestro país.

(6) Gabriel Milito, el último "gran mariscal
Si la historia de Independiente y el paladar negro que lo distinguió a lo largo de la historia e hizo cosechar todos los títulos que lo convalidan en uno de los mejores clubes de América, tuviesen que ser representados por un jugador en la actualidad, sería uno que cumpla con las siguientes características: firmeza, eficacia, solvencia, liderazgo, rendimiento, decisión, personalidad y experiencia son algunas de las cualidades con las que debería contar este jugador acorde a la historia y la grandeza de una institución. Es aquí donde la relación entre estos dos factores se une en un solo hombre: Gabriel Alejandro Milito.

Apodado “el mariscal” en comparación con otro histórico, pero de Racing, Roberto Perfumo por su capacidad de marca, su velocidad, y su gran técnica, Gabriel Milito posee esa alma de caudillo, singular en jugadores con temperamento y categoría.

Gabriel Milito, simplemente llamado en su adolescencia “Gaby”, tiene una particularidad que otros excelentes jugadores del club rojo de Avellaneda no tuvieron. Además de ser un ídolo todavía en actividad, el momento en el que éste triunfó fue diferente. Es un jugador que no brilló en las mejores épocas gloriosas de Independiente, ya que consiguió un solo título, el Apertura 2002, pero le devolvió a la defensa de un equipo la solidez y a su vez la fineza en la marca y la recuperación de la pelota, que coincide con jugadores históricos como Enzo Trossero, o Hugo Villaverde de los tiempos gloriosos, donde se marcó diferencias colosales en torneos y campeonatos internacionales.

La misma actitud le sirvió al líder de la zaga central para ocupar y mantenerse en la Selección argentina. Siempre fue tenido en cuenta por alguno de los entrenadores que pasaron por la conducción del equipo albiceleste, si bien fue amoldado por José Pekerman en los seleccionado juveniles  y cuando este se hizo cargo del seleccionado mayor, convocó a Milito al Mundial de Alemania 2006, era común que otros directores técnicos lo tuviesen en cuenta para integrar un plantel. En la actualidad no sucede lo contrario ya que el entrenador, Sergio “Checho” Batista, ubica  a Milito como titular.

Gabriel Milito vive como juega y juega como vive. Insistió con esfuerzo y dedicación las adversidades de la vida para sobrepasar, en lo deportivo, la rotura de los ligamentos cruzados de su rodilla derecha en dos oportunidades. La primera fue en el año 2001 cuando todavía jugaba en Independiente, demorando su pase al Zaragoza de España.

En el año 2008 jugando para el Barcelona de España su rodilla se resintió provocando el alejamiento de las canchas por más de 18 meses. A pesar del tempo y las especulaciones con su retiro como profesional, sobrepasó a la desgracia, siendo un ejemplo en el club catalán, reconocido por el técnico Guardiola y todos sus compañeros.

Con el correr del tiempo y con un fútbol más mezquino que tiempos anteriores, la figura y la presencia del último gran mariscal cobran mayor importancia, mayor renombre. Milito se transforma en un ícono del fútbol actual y una leyenda para tiempos futuros, donde quizás su manera de jugar pero también de vivir este deporte, se encuentre en extinción.

(8) Javier Zanetti, una vida dedicada al fútbol y a la solidaridad
Dejarse cautivar por valores como la corrección, la constancia y el profesionalismo, está en cada uno pero esto no invalida ninguna de las virtudes del Zanetti-jugador, que primero y principal rinde en el campo.  Carismático desde su forma de jugar y sus ganas de sumar, sin vestigios tribuneros ni actitudes guerreras, la influencia de Javier Zanetti es aún difícil de medir.

Con una velocidad y un físico imponente se lo ve al “Pupi” corriendo de un extremo a extremo sin parar y menos, cansarse. Con tan solo una pelota Javier Zanetti logró escalar hasta la cima más alta de la montaña con el reconocimiento y el cariño de la gente. Con un pasaje de ida a Italia desempeñó y mostró todo su nivel, mientras que en Argentina dejó su humildad y solidaridad.

Frente al lago de Como, en la localidad de Moltracio, donde está radicado desde 1995, Javier Zanetti brindó una historia futbolística muy grande; cada prenda tiene un valor afectivo: la camiseta de Inter, el pantaloncito de la selección argentina, una media de Banfield y otra de Talleres de Remedios de Escalada.

Con una pila de récords en su mochila y con un corazón enorme lleno de solidaridad, Zanetti, quien nació en Dock Sud, es querido y admirado más allá de su fútbol. De chico siempre colaboró como albañil con su padre hasta que una tarde el fútbol tocó a su puerta.

Javier “Pupi” Zanetti no sólo vio aquello que sucede en la Argentina sino que eligió poner manos a la obra y junto a su mujer Paula, crearon la "Fundación P.U.P.I." (Por Un Piberío Integrado) para la recuperación social de los niños pobres y carenciados en Argentina.

Su estatua de cera ya estaba puesta en el museo del Meazza antes de su primer scudetto: allí hay sólo 12 jugadores del Milán y 12 del Inter. Son los mejores de todos los tiempos, como para jugar un picadito de madrugada al estilo de Una Noche en el Museo.

Una vez que ponga el punto final a su carrera deportiva, el de Avellaneda quiere continuar en el club italiano, pero no en el banco. "Espero quedarme en el Inter y ocupar un puesto importante en un club, pero no seré entrenador, no me apetece", confiesa.

Así, ladrillo por ladrillo desde hace más de 15 años, se construye el mito de Zanetti. Su historia tiene poco de hadas y mucho de trabajo. Un caso para estudiar y para imitar.

(9) Gonzalo Higuaín, de tal palo (casi) tal astilla

“Siempre mi papá nos muestra los videos y nos pide que hagamos todo lo contrario a lo que él hacía. Todos me cargan con que no tengo nada que ver con él. Desde las inferiores me dicen que tuve suerte al no parecerme al ‘burro de mi viejo’, pero igual me aclaran que lo quieren”. Esta frase tiene como dueño a un jugador de fútbol: Gonzalo Higuaín, quien recordó con una sonrisa de oreja a oreja las cargadas de sus compañeros durante su paso por River. Es que “El Pipita” heredó de su papá Jorge “Pipa” Higuaín las ganas de jugar al fútbol, además del apodo. Desde niño respiró en un ambiente dominado por el arte del balón pie en su casa de Saavedra, y en sus visitas al Monumental.

“Desde muy chiquito venía a ver los partidos y para adentro me preguntaba: ‘¿Cuándo voy a estar ahí? Sería buenísimo. Ojalá algún día llegue’”, comentó su padre quien jugó de defensor en River. Las palabras de aquel chico no eran vacías y sin sentido. Con el tiempo se volverían una realidad. Tal vez, el hecho que haya sido el hijo de un ex jugador fue un factor decisivo para que Gonzalo, nacido en Francia y nacionalizado argentino, llegase a ponerse los botines.

Pero en su pasado no sólo existe esta similitud. También revela una historia que se remonta a 1987, recordado con voz emotiva y temblorosa por su padre: “Volvimos de Francia, donde yo había jugado en el Brest, y apenas llegamos a Gonzalo le agarró meningitis. Tenía unos meses nada más y estaba grave. La fiebre era muy alta y no le bajaba, entonces lo llevamos con Nancy, mi mujer, al Hospital de Niños. El médico nos explicó que lo llevamos justo a tiempo, pero que todavía estaba en peligro de muerte. Pero si se salvaba había que ver si no le quedaba alguna secuela en el habla, para caminar, oler, mirar o cualquier otra cosa. Fueron 20 días de angustia y preocupación. Mis compañeros me venían a visitar al hospital y Daniel Passarella era uno de ellos”.

Si bien los Higuaín pudieron superar y “zafar” de esa situación, no pudieron “zafar” del fútbol. No sólo papá Higuaín estaba ligado al deporte, sino que también el tío Claudio Zacarías. Y para llenar el cartón, los tres hermanos del “Pipita”: Nicolás y Federico (los más grandes) y Lautaro (el menor).

“A veces pienso que debería hacerme una prueba de ADN para ver si realmente es mi hijo, porque a mí no me salían las cosas como a Gonza”, expresó con una carcajada Jorge Higuaín en una entrevista con Olé. Pero “El Pipita” sabe muy bien de donde viene sus cualidades para el fútbol: “Yo al talento lo heredé de mi vieja, y la personalidad la saqué de mi viejo”.

(10) Lionel Messi, jugador de un fútbol diferente
Lionel Messi, además de ser el tercer máximo goleador en la historia del club Barcelona de España,  desde hace dos años, está considerado por diferentes organismos deportivos, futbolistas y la prensa como el mejor jugador de fútbol en el mundo.

Zurdo, con una gran técnica que le permite desbordar a losrivales con facilidad,  comenzó a jugar en un club de barrio de la ciudad de  Rosario con tan sólo cinco años.

Después de estar un año en las inferiores de Newell´s Old Boys, donde integró la “Máquina del 87”, equipo que muchos recuerdan por ser la mejor categoría que tuvo el club en las inferiores, se fue a probar suerte a River. Allí al realizarse el control médico para ingresar en 1998,  le diagnosticaron un retraso en crecimiento debido a la falta de producción de hormonas de desarrollo físico.

Cuando la crisis argentina empezó a crecer su padre, Jorge, y su mamá, Celia, decidieron ir a probar suerte a España en busca de una mejor condición de vida para su familia, y fue entonces cuando el club catalán se hizo cargo del costoso tratamiento para que Lionel pueda crecer. “Siempre me va a quedar grabado que todas las noches sentado en la cama, para hacer parte del tratamiento, tenía darme inyecciones en las dos piernas, pero mis ganas de ser futbolista eran tantas, que no me costó para nada hacer el sacrificio”, cuenta Messi. La Pulga, como es conocido, admite que gracias al apoyo incondicional de sus padres y su familia hoy en día llego a ser quien es.

A partir de 2005 cuenta también con la nacionalidad española, pero a pesar de esto, confiesa que siempre se sintió más sudamericano que europeo y dijo varias veces: “España me encanta como país, pero ante todo soy argentino”.


Con la Selección Argentina participó del Mundial de Alemania en 2006, donde fue el jugador de menor edad en debutar en una copa del mundo. También estuvo presente en el Mundial del 2010 jugado en Sudáfrica. Además, obtuvo el subcampeonato de la Copa América 2007 y la medalla de Oro en Beijín 2008.

(11) Carlos Tévez, el Apache
“Tengo pensado retirarme a los 28 años y jugando en Boca, para poder hacerlo en el primer nivel, no quiero volver con más de 30 años”, esas palabras salieron de Carlos Tévez, apenas emigro al Corinthians. Ídolo en Argentina, Brasil e Inglaterra, es considerado por el país como “el jugador del pueblo”, por su potencia y guapeza dentro del  campo de juego.

De un año para el otro, supo ser héroe y  villano para el legendario entrenador del Manchester United, Sir Alex Ferguson, al ser transferido de los “reds” al Manchester City, donde hoy es capitán y estandarte.

Nacido en el barrio Ejercito de Los Andes, más conocido como “Fuerte Apache”, Tévez se crió en situaciones humildes, en un lugar donde muchos de sus familiares y amigos terminaron en el camino de las drogas y el delito, pero según él, de la mano del fútbol “supo gambetear esas cosas”.

Con tan solo 27 años, “Carlitos”, como es conocido en el barrio por sus amigos, está casado con Vanesa Mansilla y es padre de dos nenas: Florencia y Katia. Cantante y productor del grupo de cumbia “Piola Vago”, en el cual los integrantes son sus amigos de toda la vida, cuando tiene algún tiempo libre  en la Argentina, se sube al escenario para cantar junto a ellos.

En sus ratos libres en Inglaterra, el hobby de Tévez es jugar al golf, un deporte en el cual nunca pensó en un futuro ser un aficionado.

Amigo de Diego Maradona, razón por la cual muchos dicen que  esto le perjudico y fue desafectado por Sergio  Batista, en las primeras convocatorias. Hoy a fuerza de goles  y de lucha, Tévez se ganó un lugar en la lista de convocados  para jugar la Copa América entrando por la puerta de atrás,  pero siempre siendo un jugador indiscutido para la hinchada argentina.

(12) Mariano Andújar, entre altibajos
Este arquero de 1. 94 metros de estatura comenzó su carrera en Huracán, haciendo su debut en primera división en el  2003, un año complicado para el conjunto de Parque Patricios ya que estaba prácticamente descendido a la B Nacional. Su destino por su gran labor en el Globo fue el Calcio italiano, donde vistió y defendió los colores rosas del Palermo durante todo el 2005, hasta que en el 2006 llegó una época difícil de olvidar  tanto para  Andújar como para los hinchas de Estudiantes de La Plata. De la mano de Diego Simeone logran el Apertura 2006, luego de una final en el estadio de Vélez Sarsfield frente a Boca, donde fueron los justos ganadores y vencieron por 2 a 1, tras lograr un torneo a nivel nacional luego de 23 años.

Este joven nacido en la ciudad de Buenos Aires el 30 de julio de 1983, defiende los colores del Catania,  equipo que milita en la Serie A de Italia, desde junio de 2009 y que el contrato es de cuatro temporadas, vivió hasta hace unos días atrás una situación similar a la del conjunto que lo vio nacer, el temido descenso, pero de la mano de Simeone, Andújar  y  8 argentinos más en cancha lograron mantenerlo en la máxima categoría, lo que hizo que ahora se fijen en él las autoridades de Boca Juniors que estarían dispuestos  a adquirir sus servicios.

La primera convocatoria a la Selección nacional fue el 11 de noviembre de 2007, cuando fue citado  para enfrentar a Venezuela y Bolivia por las Eliminatorias en vista al Mundial de Sudáfrica 2010. El debut llegó recién en 2009, un 6 de junio también por las Eliminatorias frente a Colombia.

Ya bajo el mando de Diego Maradona, fue convocado para un amistoso en Rusia  para enfrentar al equipo local en Moscú el 12 de agosto de 2009, donde ganaron por 3 a 2. Ya en instancias finales  rumbo a Sudáfrica fue convocado para enfrentar a Brasil y Paraguay por las eliminatorias. Este fue el final prácticamente de    Mariano en el arco de la Argentina, ya que fue derrota frente al conjunto Carioca por 3 a 1 en la ciudad de Rosario, Santa Fe y declinó para que su lugar sea ocupado por Sergio Romero, quien luego atajaría todos los partidos, incluso los del mundial propiamente dicho. El joven de la cantera Quemera  formo parte de la delegación en Sudáfrica siendo el segundo arquero, pero sin atajar ni un solo minuto. Volvió a la titularidad en marzo de este año ya que Romero había sufrido una lesión y defendió los colores argentinos frente a Estados Unidos y Costa Rica en un marco amistoso. Aunque no cumplió con las expectativas del nuevo técnico de la Selección, Sergio Batista, fue convocado como segundo arquero nuevamente para la Copa América que se realiza en nuestro país, ya que Oscar Ustari sufrió la rotura de ligamentos nuevamente y Mariano paso a ocupar su lugar detrás de Chiquito Romero.

(13) Nicolás Pareja, un defensor de barrio
Nicolás Pareja, defensor del Spartak de Moscú ruso, es un pibe de barrio que, por las vueltas de la vida y la profesión que eligió, le ha tocado viajar por el mundo. Sin embargo, siempre estará en su recuerdo y sentimiento el amor por Villa del Parque, La Paternal y Villa Devoto, los tres lugares en los que se crió y creció.

El futbolista, recién llegado al país para afrontar junto a la selección argentina la Copa América, conoce a la perfección las calles de los barrios mencionados porque allí pasó su infancia y adolescencia, y como se lo escuchó decir en cada entrevista desde que arribó a Bueno Aires, pasa y disfruta mucho tiempo con su familia y amigos.

En el plano futbolístico Nico reconoce que Sergio Batista, entrenador nacional, lo conoce mucho por haberlo dirigido en los Juegos Olímpicos 2008 -obtuvo la medalla dorada- y en su paso por Argentinos Juniors. Pese a esto, el marcador central admite no tener ningún tipo de ventaja. Para él “la meta es que a Argentina le vaya bien y que cada jugador aporte desde su lugar lo que le toque”.

Por otra parte, el ex Anderlecht de Bélgica y Espanyol de España confiesa que disfruta compartir vestuario con estrellas como Messi, Zanetti, Cambiasso y Mascherano, entre otros.

Desde el seno del plantel se sabe que Pareja es un jugador al que “Checho” tiene muy en cuenta. Pero Nico tiene los pies sobre la tierra, se toma todo con calma y disfruta de cada citación. Como disfruta de volver a pasear por las calles de Villa del Parque, Devoto y La Paternal.

(14) Javier Mascherano, sinónimo de entrega y sacrificio
''No me gusta la palabra líder. Mucha gente piensa que soy un futbolista de una personalidad muy fuerte, pero la verdad es que soy muy tranquilo''. Las palabras salen de la boca de Javier Mascherano, aquel que en sus inicios era delantero, que luego brilló como volante central y que hoy sorprende como zaguero en el mejor equipo del mundo y posiblemente de la historia.

''Nunca digo lo que alguien tiene que hacer si no lo hago yo antes para dar el ejemplo'', se confiesa el jefecito, como lo apodaron en Núñez. Es que su entrega siempre fue comparada con la de su antecesor en River, Leonardo Astrada, quien luego hasta sería su entrenador en el Millonario.

Cuando le tocó jugar en los seleccionados juveniles, más que un compañero, parecía un hermano mayor. Era el referente y el capitán. Hoy, aquel chico grande ya no es un chico. Creció. Pasan los años y él sigue dejando caer hasta la última gota de sudor, por cualquiera camiseta que luzca.

Desde chico Javier soñaba con ser jugador de fútbol. ''Quiero ser alguien, lograr algo. Me quiero ir a Buenos Aires, a donde tenga la posibilidad de jugar al fútbol'', le había dicho a su padre a los 13 años, en una clara muestra de madurez y personalidad. La misma personalidad que vio en él el Indio Solari cuando Javier jugaba en Renato Cesarini. ''Este va a ser el cinco de la Selección'', dijo totalmente convencido. ''Yo me reía'', contó su padre, a quien el Indio había llevado a un costado para decírselo.

Aunque antes de proyectarse como volante central, Javier era delantero, y fue su padre quien le vio condiciones para jugar en la mitad de la cancha. ''Como delantero, Javi era velocidad, potencia y buen remate. Pero a mí me parecía que tenía que ser mediocampista, por su justeza y capacidad para levantar la cabeza y poner la pelota donde quería'', dijo su padre, quien no se considera su descubridor. ''Yo le cambié el puesto, pero creo que está más que claro que Javier se descubrió solo'', admite.

Hoy su presente es el Barcelona de Guardiola, en el que brillan Messi, Xavi, Iniesta y Villa, Javier Mascherano es tan campeón como ellos. Porque, por más paladar negro, es imposible no conmoverse con la entrega y el sacrificio del jugador nacido en San Lorenzo, provincia de Santa Fe. Su importancia queda evidenciada en el momento en que Puyol y Abidal quedaron descartados y el técnico tuvo que acudir a él para tapar un hueco. Y lo hizo muy bien.

No es casualidad que haya debutado en la selección mayor antes que en su club; no es casualidad que a dos meses de llegar al Liverpool haya jugado una final de Liga de Campeones de Europa; no es casualidad que sea el único jugador argentino en ganar las dos medallas de oro que el país tiene en fútbol; nada es casualidad en la vida de Javier  Mascherano. Todo es una causalidad de su entrega y sacrificio.

(15) Lucas Biglia, el jóven rubio que promete criterio
Lucas Biglia, ex mediocampista de Argentinos  Juniors y actual jugador del Anderlecht, comenzó su carrera en el club de La Paternal donde debutó en el año 2003 con tan solo 18 años.

Tan solo dos temporadas transcurrieron para que el oriundo de la ciudad de Mercedes, provincia de Buenos Aires, fuese transferido a Independiente, equipo en el que no tuvo un buen desempeño y solamente jugó un año.

El Anderletch de Bélgica fue el equipo que mostró claras intenciones para llevárselo en el 2006.  En el conjunto  belga, hasta el momento, Biglia obtuvo ocho títulos, Entre ellos el del 2007, cuando se consagró campeón de la liga belga y convirtió el gol en el partido decisivo  que le permitió a su equipo dar la vuelta olímpica.

Su inicio con la Selección argentina comenzó con la categoría sub 17 donde participó del sudamericano en el 2003 que obtuvo el primer lugar y disputó, además, el Mundial que se desarrolló en Finlandia donde Argentina terminó en la tercera colocación. Luego, con la selección juvenil, también disputó el Mundial sub 20 que se realizó en el año 2005 en Holanda y en el que,  el equipo dirigido en aquel entonces por Francisco Ferraro, se consagró campeón.

En el seleccionado mayor todavía no tuvo la oportunidad de disputar un torneo, y tampoco fue tenido en cuenta en las convocatorias. Recién en el 2011 con Sergio Batista como entrenador del Seleccionado argentino, quien lo conoce muy bien desde sus inicios en Argentinos Juniors,  empezó a tener su chance en los partidos amistosos que se disputaron frente Portugal, Estados Unidos y Costa Rica.

Hoy, a los 25 años, Lucas Biglia  fue convocado para disputar la Copa América que comenzará el primero de julio de este año y, por supuesto, no oculta su felicidad: "Vestir la camiseta argentina en mi país es muy especial, es más que un sueño”.

(16) Sergio Agüero, de quién?
A los 15 años la mayoría de los adolescentes argentinos que sienten pasión y amor por algún equipo y  por el fútbol, como deporte en sí, todavía tienen la esperanza (que con el correr de los años se va diluyendo) de “ser jugador de fútbol”; se trata del anhelo de ser profesional, millonario, famoso y tener la fortuna de vivir divirtiéndose en un rectángulo de color verde. Pero poder cumplir ese sueño es un objetivo muy difícil, incluso para los jugadores que se sacrifican día a día entrenando en las inferiores de los clubes.

Pero hay algunos casos (excepcionales) donde la realidad se adelanta al deseo, esto le sucedió a Sergio Leonel Agüero quien al poco tiempo de haber comenzado a transitar el arduo camino de las divisiones inferiores, pegó el salto a Primera División defendiendo la camiseta del Club Atlético Independiente. El 5 de julio de 2003 “el rojo” jugó ante San Lorenzo un clásico sin relevancia en la última fecha del Clausura 2005.  En este partido Agüero, con tan solo 15 años, un mes y tres días, ingresó a los 23 minutos del segundo tiempo y se convirtió en el futbolista más joven en debutar en la Primera División del fútbol argentino, arrebatándole este récord al mismísimo Diego Armando Maradona. Casualmente ese día Gabriel Milito, figura del equipo de Avellaneda, se iba del club. Un ídolo se fue, otro empezó a gestarse.

 Oscar Ruggeri, campeón mundial en 1986, era el técnico en ese momento, y él fue el responsable de que ese niño, que aún atravesaba la pubertad,  se midiera de igual a igual ante hombres adultos. El “Cabezón”, en una entrevista para el diario Marca, recordó sobre el debut de Agüero: “”Lo cogí del hombro y le dije que se divirtiera, que fuera el que era en los entrenamientos. Que tirara caños, paredes y la pasara bien”.

A pesar de su temprano debut, con récord incluido, recién en la temporada 2005-2006 Agüero se asentó como titular en la primera de Independiente. El club no realizaba buenas campañas y los técnicos pasaron uno detrás de otro.  Hasta que Julio César Falcioni se sentó en el banco, y el “Kun”, que venía de consagrase campeón mundial sub 20 en Holanda, explotó. Con tan solo 17 años, este joven de baja estatura, tez morena y perfil bajo se las arregló fácilmente para burlar a las defensas rivales aprovechando su gran velocidad y destacada gambeta y  así se transformó en la figura del fútbol argentino.  El golazo en el clásico ante Racing, donde arrancó desde mitad de cancha y dejó a Diego Crosa en ridículo, fue el mayor momento de gloria en Independiente.

Lamentablemente para los fanáticos del “Rojo”, Agüero no siguió los pasos de Ricardo Bochini, el mayor ídolo del club. Como era de esperarse, las actuaciones descollantes de este joven provocaron que los grandes equipos europeos posaran sus ojos en el. En una transferencia récord en Argentina, el Atlético de Madrid lo contrató por 23 millones de euros el 30 de mayo de 2006, por consecuencia Agüero cruzó el Atlántico y comenzó un nuevo desafío en Europa.

Ya en su primera temporada en el equipo rojiblanco Agüero disputó los 38 partidos, demostrando que no le pesó en lo absoluto el cambio del fútbol argentino al español. Con el correr de las campañas se fue transformando, ininterrumpidamente, en un jugador indispensable.  Hoy es la figura indiscutida del club, sin ningún peso se pone el equipo al hombro, yendo hacia adelante a pura habilidad, y con Diego Forlán, balón de oro en el Mundial 2010 con la selección uruguaya, como principal socio en ataque.

El destino quiso que Sergio Agüero fuera contemporáneo del mejor jugador argentino desde Diego Maradona, Lionel Messi. Esto hace que su gran rendimiento se vea opacado por la grandeza de “Lio” (que sin dudas está un escalón arriba), que deslumbra cada vez más en el Barcelona y es la pieza fundamental de uno de los mejores equipos de fútbol de todos los tiempos.

Enorme trayectoria la de Sergio Agüero, lo increíble es que tan sólo tiene 23 años. El futuro aún le depara muchos más retos, que por lo demostrado hasta el día de hoy es muy factible que los sortee fácilmente y le permita seguir cosechando éxitos.

(17) Marcos Rojo, el buscado lateral izquierdo
“Vení, Marcos. A partir de hoy vas a poder cambiarte en el vestuario con nosotros”, le dijo el capitán e ídolo de Estudiantes de La Plata, Juan Sebastián Verón. Así comenzó Marcos Rojo a entrenar en la Primera, que en ese momento era dirigida por Roberto Sensini. Rojo tenía sólo 18 años, y para él era cumplir con lo que anhelaba ser desde que se inició en el club: entrar a la cancha con la camiseta de sus amores. Marcos nació en La Plata, se crió en el barrio El Triunfo, es hincha del equipo albirrojo y se dio el gusto de convertirle su primer gol en la máxima categoría a River, en el Monumental, pero el técnico ya era Alejandro Sabella, con quien logró la Copa Libertadores en el 2009 y el Apertura 2010.

Si bien Marcos prácticamente no jugó mucho tiempo en ese certamen internacional, hizo una promesa que cumplió con creces. “Si ganamos la copa, me la tatúo en el pecho”, y así fue. Esa Libertadores la llevará en su piel por el resto de su vida. Además, fue uno de los privilegiados de los que estuvieron presentes en la final del Mundial de Clubes en Abu Dhabi, cuando el Barcelona los derrotó por 2-1 con un excelente gol de Lionel Messi, que definió de pecho y les quitó el sueño de ser campeones del mundo.

“No tengo problemas en jugar en varias posiciones. Antes se me complicaba hacerlo por la banda, pero de a poco le fui tomando la mano y ahora me siento cómodo en cualquiera de los puestos que me tocó estar”. Al principio era central izquierdo, pero al ser zurdo Sabella lo ubicó como lateral por ese lugar. Ambas posiciones le gustaban, hasta que el entrenador decidió adelantarlo al puesto de volante por izquierda, en el que se habituó y mejoró notablemente su rendimiento en el Apertura 2010. Gracias a ese buen funcionamiento el equipo ruso Spartak de Moscú desembolsó casi tres millones de euros por su pase.

Morocho, de 1.87 metro de altura, 80 kilos, espalda ancha y un físico que puede hacer pensar a cualquier persona que sus años de vida son más de 21. Demuestra ser un jugador firme que no es fácil eludirlo en el mano a mano. De buena proyección, aunque no tan veloz como debería ser un lateral, llega al ataque con su fuerza y potencia que sorprende a los defensores rivales.

Marquitos, como le dicen sus amigos, nunca pasó por las selecciones juveniles, fue citado directamente para el conjunto mayor. “No me lo esperaba, fue una emoción inmensa que Sergio Batista me convoque”, comentó luego de conocer que era uno de los elegidos para integrar la Selección local. Si bien no entró a la cancha en su primera citación, ya estaba en la consideración del técnico que lo volvió a llamar, y ahí sí jugó.

El 9 de febrero de este año viajó a Suiza, más precisamente a Ginebra, donde Argentina venció a Portugal por 2-1 en un amistoso, y él tuvo que marcar nada menos que a Cristiano Ronaldo. “En el único sitio donde me crucé con Cristiano fue en la PlayStation, pero no me pudo pasar”, contó entre risas el lateral platense. Su presentación con la celeste y blanca fue discreta, no vislumbró a los aficionados, pero cumplió con su tarea y no desentonó en ningún momento.

Afuera del campo de juego Faustino Marcos Alberto Rojo, como es su nombre completo, suele estar tranquilo mirando a su ídolo Nicolás Cabré en cualquier ficción que actúe. Su programa favorito fue Casi Ángeles, en el que trabajó María Eugenia Suárez, la actriz que lo “vuelve loco”. La música que siempre elige para escuchar es la cumbia, sobre todo si se trata de Mario Luis, a quien él denomina como su “cantante predilecto”.

Su vida actualmente transcurre en Moscú, la fría capital de Rusia, donde defiende los colores del Spartak, uno de los clubes más grandes del país. “Nunca antes había vivido fuera de la casa de mis viejos y ahora me tocó todo junto: un país con un idioma y una cultura diferente a la mía. Estoy mucho tiempo en el departamento porque el frío en la calle es muy fuerte y no salgo a ningún lado. Extraño a mi familia porque ellos están en La Plata”, confesó.

(18)Sergio Romero, un chiquito gigante
Se puso los guantes por primera vez a los 9 años, en la Comisión de Actividades Infantiles (CAI) de Comodoro Rivadavia y hoy pertenece al AZ Alkmaar de Holanda. Sergio Germán Romero, hoy se encuentra en Argentina esperando para el inicio de la Copa América, el próximo primero de julio, junto a su esposa, la ex modelo, Eliana Guercio y su hija de un año, Jazmín.

Oriundo de Bernardo Irigoyen,  Misiones, rodeado de tierra colorada se revolcaba por primera vez defendiendo el arco de fútbol de la plaza, delimitado con buzos. Hasta que a los 9 años junto a sus padres Ramón y Betty, y sus hermanos Marcos, Oscar y Diego se mudaron al sur del país, a Comodoro Rivadavia. “Una amiga de mi mamá, que me ofreció jugar Almirante Brown. En mi primer partido se me acercó el entrenador Rubén Días Paris y me dijo que habían pruebas en la CAI, así que fui a probarme y quedé”.

Con 10 años empezaba a construir su sueño de ser como su ídolo, el “Mono” Navarro  Montoya, que lo conoció gracias a su hermano Diego, ya que en ese momento también era arquero. “Era hermoso verlo atajar”, comenta y agrega que hoy su sueño lo está cumpliendo, pero que del Mono no tiene nada.

Luego de cinco años luchando contra los delanteros del Argentino A y los fuertes vientos del sur, se fue a entrenar a Racing de Avellaneda en el 2003. Todo un desafío para el “Chiquito” Romero que daba un gran paso en busca de su objetivo en la séptima división de la Academia.

Un año después, gracias a que entrenador de arqueros Ubaldo “el Pato” Fillol lo llevó a entrenar con la primera división al mismo tiempo que en su equipo de la sexta, que ese año salió campeona luego de ganarle a Boca.

El 2007 fue un año clave para la carrera profesional y juvenil de Sergio, ya que por un lado debutó en la primera de Racing luego de 2 años de suplente, y por el otro, la convocatoria al seleccionado sub-20 para jugar el campeonato Sudamericano de Paraguay en busca de la clasificación al mundial de Canadá,  en el cual se colgó la medalla de oro tras vencer a República Checa. Y un año más tarde coronarse campeón olímpico en Beijín. Concluyendo con una etapa inolvidable para el misionero de sangre sureña.

Con sólo un partido en la primera del fútbol argentino, Sergio recibió una oferta del AZ Alkmaar que no pudo rechazar, y hoy sigue su carrera en el club holandés, guardando en su historial dos Eredivisie (Torneo holandés) y una Supercopa de los Países Bajos. Apoyado por su esposa y su hija, con las que vive Ámsterdam.

“El Coco Basile me abrió las puertas de la Selección, cuando me citó por primera vez contra un amistoso contra Noruega, y luego Diego Maradona me siguió anotando en la lista de convocados”, contó.

Debutó contra Paraguay en Asunción cuando Diego “me dijo que iba a ser titular, y luego vinieron Perú y Uruguay para clasificar al mundial”. Sudáfrica 2010 fue el primer mundial con la selección mayor para el “Chiquito” que mide 1,92 y que se destacó por ser el jugador más joven en llegar a los cuartos de final durante dicho mundial.

Romero clasificó, gracias al cuarto puesto del AZ Alkmaar, a la Europa League. Debido a su gran actuación, el equipo italiano Roma se interesó en ficharlo para la próxima temporada y así reemplazar a su arquero titular, Julio Sergio. Pero Sergio, todavía tiene contrato en el equipo holandés hasta el 2013.

Dentro de la familia Romero, Sergio no es el único deportista profesional, ya que su hermano Diego de 28 años y 2,06 metros es basquetbolista y actualmente juega en Gimnasia y Esgrima de Comodoro Rivadavia. Y tuvo un gran paso por el básquet universitario en Texas, Estados Unidos.

(19) Ever Banega, un jugador de toda la cancha
Se acostumbró a ganar muy pronto. Supo ganarse los aplausos de la gente por sus gambetas, sus toques sutiles, sus pisadas y su gran marca contra los rivales. No habían pasado ni siquiera seis meses desde la primera vez que pisó el césped de La Bombonera para vestir los colores de Boca, cuando Ever Banega se consagró campeón de la Copa Libertadores de América de la mano de Miguel Ángel Russo como entrenador.

Comenzó a jugar al fútbol en la escuela futbolística para niños Alianza Sport de Rosario. El partido de mayor rivalidad del club era el que disputaban contra el Grandoli donde en aquella época jugaba Lionel Messi, al que se enfrentó Éver en alguna ocasión y así lo recuerda:”Llegamos a enfrentarnos en varios partidos, pero menos mal que se fue pronto porque siempre nos pintaba la cara... Ya se veía que era un crack”.

Banega, quien ya ha logrado algunos títulos desde que llego a primera división (Libertadores 2007 con Boca, Copa del Rey en 2008 con Valencia y JJ.OO con la selección Argentina en Beijing 2008), sigue demostrando que espíritu de rebeldía y de superación son los atributos que más identifican a este volante número 5. Un detalle no menor es el que tuvo su actual equipo, Valencia, que fue el único rival que más le discutió la tenencia del balón al Barcelona en el pasado campeonato, lo dejó en apenas el 54,2 % de posesión. Algo habrá tenido que ver Ever, que fue el jugador de su equipo que más veces toco la pelota durante todo el partido.

Con respecto a la Selección argentina, representa con mayor claridad el nuevo paradigma que intenta imponer el entrenador Sergio Batista. Control, tenencia y pisada le calzan perfecto a Banega, un volante con el estilo de Xavi y de Fernando Gago.

Su gran meta personal es jugar un Mundial, pero todavía no tuvo la suerte de poder integrar un seleccionado en este evento deportivo tan importante.

“Cuando empezaron las Eliminatorias para el Mundial de Sudáfrica soñaba con jugarla y después ver qué decía el técnico; el equipo jugaba y nunca estaba convocado. Solo una vez estuve pero de a poco me fui bajando solo de la lista. Así que viví los partidos desde mi casa, como un hincha”.

(20) Fernando Gago, el príncipito
“Lo primero que nos llamó la atención fue su gran técnica para manejar la pelota. Hace lo más difícil del fútbol: ser simple jugando a un toque”, así lo describió su formador y primer director técnico Ramón Maddoni, quien tuvo el placer de tenerlo a su cargo en sus inicios en el club Parque. Es que Fernando Rubén Gago ya asombraba desde chico con su técnica “extraordinaria” y dejaba asomar de a poco al volante central que años más tarde cargaría en su espalda la camiseta número 5 de Boca y del Real Madrid.

-El mismo que ayer

Nunca dejó de lado la autoexigencia ni la fe en sí mismo, ni siquiera cuando debutó en la casa (blanca) de un grande de los grandes como es Real Madrid: “Yo juego en todas las canchas igual, no me molesta. Juegue en el equipo que juegue voy a seguir defendiendo mi idea futbolística que es siempre involucrarme en la creación del juego” remarcó.

Recién en su segunda temporada en el club blanco, el mediocampista comenzó a llevar la número 5 en su espalda y se consolidó como titular en el equipo dirigido por Bern Schuster consiguiendo la segunda de las dos Ligas de España que lleva sobre su espalda.

En la temporada 2008/09 las lesiones no le permitieron mostrar todo su potencial, y le siguieron jugando malas pasadas, por eso fue relegado al banco de suplentes hasta que su DT, Manuel Pellegrini, le devolvió la titularidad. Pero “Pintita” no entra en el gusto futbolístico ni en el esquema de juego del polémico José Mourinho, actual técnico del Real.

-Ganas celestes y blancas

Allá por 2005, cuando el joven nacido en Ciudadela logró con el Boca de Basile cinco títulos en la misma cantidad de competencias, Diego Maradona dijo de él: “Hace mucho que no veo un jugador con la calidad que muestra él. Yo creo que tiene que estar en la selección”. Paradójica frase si uno avanza 5 años y descubre que en la lista de 30 jugadores que el mismo Maradona eligió para participar del Mundial de Sudáfrica 2010, no figuraba el apellido Gago. Tampoco formó parte de la nómina de convocados para Alemania 2006, cuando José Pekerman era el director técnico. Fernando, que nació el mismo año en quela Argentinaconsiguió su último título mundial de fútbol (1986), tiene cuentas pendientes con la selección. La mayor, por su puesto, ya que con la sub 20 se consagró campeón en Holanda 2005. Es por eso que se entrena en Ezeiza para que Sergio Batista, el mismo DT con el que consiguió la medalla olímpica en Pekin 2008, lo mantenga entre los titulares para la CopaAméricaque comienza el 1 de julio en Argentina.

(21) Ezequiel Lavezzi, un "loco" en la delantera
Sin poder siquiera salir a la calle, por el increíble clamor popular de la gente, Ezequiel “el pocho” Lavezzi, a pocos años de emigrar a Europa, ya es ídolo del Nápoli.

Su carrera al igual que su vida tuvo muchos altibajos. Comenzar jugando en el club Coronel Aguirre, y saltar de golpe al Pescara del Calcio, para volver al poquito tiempo por problemas de pasaporte, son cosas que Lavezzi vivió antes de cumplir 18 años.

Doris, su mamá, fue quien lo crió, “la que hizo de madre y padre fue mi mamá. Nosotros siempre dependimos de mi vieja, no tanto de mi viejo. Ella fue toda su vida empleada doméstica, y con eso nos bancaba”, comentó el ex Estudiantes de Buenos Aires.

Nacido en Coronel Aguirre, un barrio de su Rosario natal, su pasión por los colores azul y amarillo de Rosario Central (hasta lleva el escudo tatuado en la espalda), lo llevaron a jugar todos los días en la calle de tierra junto con sus amigos de la infancia.

Carismático y divertido, como lo define su familia, hasta se animó a jugar en Showmach, junto con Marcelo Tinelli, “la gata” Fernández, Pablo Migliore, Maxi López y “el burrito” Ariel Ortega, contra los guardaespaldas de Ricardo Fort. Como era de esperarse, ganaron.

Mostrando un lado desconocido para la gente, en octubre de 2009, Ezequiel Lavezzi, junto con su hermano, Diego, crearon la Asociación Civil Niños del Sur (Ansur), de Villa Gobernador Gálvez, provincia de Santa Fe. Una entidad sin fines de lucro que asiste en forma integral a niño/as y preadolescentes en situación de necesidad.

Su debut en la selección fue en un amistoso ante Chile. Alfio “el coco” Basile lo convocó y lo hizo ingresar en el segundo tiempo por Rodrigo Palacio y aunque no pudo convertir, dejó una gran impresión. Campeón con el sub 23, de la medalla de oro en Pekín 2008, Lavezzi no fue parte de la delegación que viajo a Sudáfrica en 2010 para jugar el Mundial. Pero sí forma parte del plantel que disputará la Copa América en la Argentina, en este 2011.

Si hablamos de cariño Napolitano, nacen las odiosas pero siempre emergentes comparaciones con Diego Armando Maradona. “La comparación se da por la idolatría. Quizás a la gente le puedo despertar cosas similares, a las que despertó Maradona desde la pasión”, explicó Lavezzi a un diario Italiano.

Indefectiblemente Ezequiel Lavezzi es un hombre con muchas caras y todas ellas son gandoras.

(22) Diego Milito, con nombre propio
De ser “el hermano de” a dejar impreso su nombre en la historia del fútbol mundial. De aparecer en Primera del fútbol argentino como un delantero con poco gol, a gritar 30 veces en la última temporada. De errar decenas de goles y ser suplente de Rafael Maceratesi en Racing, a reemplazar a Zlatan Ibrahimovic y desplazar a Samuel Eto’o en el Inter. De una humilde transferencia al Genoa, de la Serie B de Italia, a convertir dos golazos en la final de la Champions League y a ser uno de los delanteros más cotizados del momento. De entrar rasguñando la ventana en la lista de 23 del Mundial del año pasado en Sudáfrica y casi exigir con su rendimiento, ser el 9 titular en el campeonato internacional…

La evolución de Diego Milito no sólo es sorprendente, sino que parece no tener techo. El delantero que nunca tuvo un lugar asegurado en la Selección, e incluso jamás fue prioridad para el Checo Batista llega a la Copa América en la cima de su carrera, luego de darle la triple corona al Inter: festejó ante la Roma en la definición de la Copa Italia, hizo el gol del Scudetto ante el Siena y el doblete ante el Bayern Munich en la Champions. ¿Se lo puede sentar en el banco?

El mayor de los Milito (Gabriel, el actual defensor del Barcelona, es 14 meses menor) nunca fue tan protagonista como ahora, a pesar de que su capacidad goleadora viene en ascenso hace cinco años: en el Zaragoza metió 61 tantos en tres temporadas y en el Genoa, 26 en 34 partidos. Ese rendimiento generó su transferencia al Inter y su posterior consagración. Sin embargo, en la Selección, siempre estuvo detrás de Crespo (con Bielsa y Basile), Messi, Tevez, Agüero, Higuaín… Y hasta de Palermo. Sin embargo, sus últimos logros lo posicionan como un serio candidato a disputarle el puesto al Pipita. “Milito me dio la razón. Su convocatoria fue un acierto”, dijo Maradona después del espectacular doblete en la Champions del Príncipe, apodo que heredó por su parecido físico y futbolístico con Enzo Francescoli.

El delantero que colecciona camisetas (las guarda su mamá Mirtha en la casa familiar de Bernal) y que sufrió el secuestro de su padre (Jorge) en agosto del 2002, sólo se agranda cuando juega a la Play Station y barre rivales con el Manchester United. En la vida cotidiana, mantiene la humildad de cuando rebotó en Independiente (se probó con edad de Octava) o cuando Mostaza Merlo lo mandaba al banco en el Racing que salió campeón después de 35 años. “Me gustaría jugar, obvio, pero yo quiero ayudar a la Selección a ganar la Copa desde el lugar que me toque”, dice esta figura que no para de convertir ilusiones en realidad.

Milito cumplió 32 años el 12 de junio, cuando Argentina debutó ante Nigeria. Sin embargo el 2 de julio, cuando se inicie la cita continental en la Argentina, es el día más importante para Diego en este año. Porque no vino de paseo a Buenos Aires. Como dice su banda favorita, los Redonditos de Ricota, vino a “brillar”.