miércoles, 13 de julio de 2011

Uruguay se sacó la mufa, y ahora va por la Argentina

Foto: (Olé). Los uruguayos Álvaro Pereira y Arévalo Ríos festejan el gol del triunfo

Por Gonzalo Alves

Uruguay venció por un tanto contra cero a México por la última fecha del grupo C con gol de Álvaro Pereira, y de esta manera, se clasificó en segundo lugar, detrás de Chile, a los cuartos de final donde deberá enfrentarse con la Argentina. México, por su parte, se despidió del certamen con tres derrotas cosechadas.

Ambición. Esa es la palabra que se tradujo en una gran expresión colectiva por parte del conjunto uruguayo que sabía que debía jugar este encuentro como si fuese una final si es que quería continuar en la Copa América. Es que el conjunto que dirige Oscar Washington Tabárez salió desde el primer minuto a llevarse por delante a su rival, un tibio y deslucido México. Y lo hizo mediante una constante y sofocante presión, que partió principalmente desde la mitad  de la cancha y tuvo en Luis Suárez, a su principal estandarte. Resulta que al jugador del Liverpool inglés, se lo notó intratable en la primera etapa, porque se cansó de perseguir a los defensores rivales, de pivotear, de habilitar a sus compañeros y de llevar, constantemente, una sensación de peligro inminente al arco mexicano.

Y fue así, a las atropelladas, como a los catorce minutos llegó el tan ansiado gol para los charrúas, luego de que un tiro libre rasante de Diego Forlán se desviara en el camino, el arquero azteca no pudo retener el balón y el volante, hoy devenido en lateral por la izquierda, Álvaro Pereira, empujase la pelota a la red. Gol y justicia por lo hecho hasta el momento por ambas selecciones.

México pareció acusar el golpe y, a la imprecisión  ya exhibida, ahora le había agregado una pizca de nerviosismo, un combo letal para un equipo conformado por mayoría de jugadores sub 20. Uruguay, por su parte, siguió jugando de la misma manera y fue en busca del segundo tanto que le diera mayor tranquilidad, pero que no pudo lograr por la culpa del arquero mexicano que le atajó un buen remate a Suárez y, minutos más tarde, porque el palo le dijo que no a Forlán.

El inicio del segundo tiempo pareció ser una prolongación de lo ocurrido en los primeros cuarenta y cinco minutos. La única diferencia era que, al parecer, Uruguay le había incorporado a su acelerado ritmo, un poco más de juego y paciencia a la hora de manejar a la pelota.

Y a partir de allí fue cuando se vio lo mejor del equipo oriental, que empezó a sumar situaciones muy claras de gol que no pudo concretar. Primero fue el turno nuevamente de Forlán que, tras una gran jugada individual de Suárez y un posterior centro atrás, el jugador del Atlético de Madrid solo, en la puerta del área chica, tiró la pelota por arriba del travesaño. Parecía no ser la noche de “cachavacha” quien,  fiel a su mágico apodo, parecía estar embrujado al momento de convertir. Luego, a los veinte minutos, tras otro gran encuentro de la dupla Suárez – Forlán, con pared incluida, el ex jugador del Ajax se enfrentó mano a mano con Luis Michel, cacheteó el balón con la cara externa de su botín derecho y la pelota, caprichosa ella, salió besando el caño izquierdo del guardameta mexicano.

A estas interesantes situaciones claras de gol, se le agregaron otros dos tiros de media distancia que estuvieron cerca de convertirse en la serenidad que buscaba el conjunto uruguayo.

Sin embargo, con el correr de los minutos y la definición del partido que no llegaba, sumado a que algunos jugadores charrúas se mostraban algo cansados por el desgaste realizado, México se empezó a animar y lo fue a buscar. Y lo tuvo, por unos segundos tuvo el empate en sus bolsillos. Porque cuando faltaban diez minutos para el final, tras un centro que llegó proveniente de un tiro libre desde la derecha, un jugador azteca peinó la pelota en el primer palo y el delantero Rafael Márquez Lugo, apenitas adelantado, empujó el balón por detrás. Inmediatamente, la alegría azteca se transformó en desazón al ver como el línea ecuatoriano, Luis Alvarado, tenía su bandera levantada.

Por su parte, a los miles de hinchas charrúas que se acercaron hasta el estadio Ciudad de La Plata, les volvió el alma y el corazón al cuerpo.

Eso fue lo último que pudo intentar este insípido México, que se despidió de una Copa América sin pena ni gloria. Por su parte Uruguay, tras conseguir su primera victoria, ya piensa en lo que será su partido frente a la Argentina por los cuartos de final. Nada más y nada menos, que el histórico clásico del Rio de la Plata.

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