jueves, 21 de julio de 2011

Uruguay venció a Perú y se transformó en el primer finalista

Foto: Los jugadores uruguayos agradecen a su gente

Por Gonzalo Alves

Con dos tantos de Luis Suárez en el segundo tiempo, Uruguay le ganó a Perú y se transformó en el primer finalista de la Copa América. 

“De dientes apretados”, esa fue la frase con la que, durante los días previos al partido, tanto jugadores como hinchas de ambas selecciones calificaron al encuentro de hoy. Y lo cierto, es que fueron coherentes con lo expresado durante la semana, ya que en el transcurso del cotejo, especialmente el primer tiempo, tanto uruguayos como peruanos se dedicaron a cometer faltas a cada instante, a cortar los avances del rival de cualquier manera posible, y a generar muy poco juego. Alcanza con decir que al minuto de que el arbitro boliviano, Raúl Orosco, diese el pitazo inicial, ya había un amonestado, el peruano Víctor Yotún. 

En cuanto a las situaciones de gol, existieron muy pocas, por no decir ninguna. La más clara del conjunto peruano que dirige Sergio Markarián, fue a los 23 minutos, cuando tras una muy buena maniobra colectiva y el posterior desborde de Juan Vargas, quien envió un peligroso centro rasante desde la derecha, Paolo Guerrero no llegó a conectar por muy pocos centímetros. Del lado celeste, la única manera en la que parecía poder llegar al gol el equipo oriental, era mediante algún centro de pelota parada, o como consecuencia de los constantes desbordes de su lateral derecho, Maximiliano Pereira, protagonista de un gran primer tiempo. Pero todas las insinuaciones, terminaron en eso precisamente. Hasta que a los 42 minutos, tras un tiro libre ejecutado desde la izquierda por Diego Forlán y luego de un desvío, Álvaro Pereira apareció solo por el segundo palo para convertir. Poco duró la alegría charrúa, ya que el asistente Efraín Castro, anuló correctamente lo que era el primer tanto del partido. Tan vulgar había sido lo visto hasta el momento, que el árbitro pareció apiadarse de los espectadores presentes en el estadio Ciudad de La Plata, y decidió terminar la primera etapa apenas el reloj marcó los 45 minutos.

El inicio del complemento, pareció vislumbrar un cambio de actitud en el equipo uruguayo, por lo menos desde lo táctico. Es que su técnico, Oscar Washington Tabárez, modificó el esquema, y entonces su equipo pasó de un cerrado 4-4-2 a un 3-5-2, ya que el jugador del Benfica, Maximiliano Pereira, se adelantó en el campo de juego hasta la línea del mediocampo. A partir de este pequeño, pero importante cambió, Uruguay se instaló en terreno rival y comenzó a manejar mucho más la pelota que el conjunto rojiblanco. Y el premio llegó a los 7 minutos, cuando Luis Suárez capturó un rebote largo que el arquero peruano había dejado tras un complicado zurdazo de Forlán desde fuera del área, y lo transformó en el uno a cero. Como en el boxeo, Uruguay metió el primer golpe profundo y fue rápidamente en busca del KO. Y ese golpe, certero y contundente, llegó tan solo cinco minutos después cuando nuevamente Suárez, delantero astuto, movedizo, pícaro y mañero, corrió al vacio en busca de la pelota que Álvaro Pereira le había colocado a espaldas de los centrales peruanos, quienes se encontraban mal parados y habilitaron al jugador del Liverpool que se fue sólo, enfrentó al desesperado arquero rival quien quedó desparramado tras un amago, y convirtió así el segundo tanto del encuentro. Luego de los dos goles recibidos, Perú se transformó en un equipo impotente, que iba al frente como un toro herido, pero sesgado por la bronca del resultado. Y como consecuencia de esto, a los 23 minutos se produjo la expulsión de Juan Manuel Vargas, tras pegarle un innecesario codazo al defensor uruguayo Sebastián Coates. Esta acción se convirtió en sinónimo de resignación para un conjunto peruano que empezaba a sentir cada vez más lejos el sueño de disputar su tercera final en la historia de este certamen continental.

Por el lado de La Celeste, todo lo contrario. La satisfacción de coronar un año increíble en cuanto a resultados. Primero, el cuarto puesto en el Mundial de Sudáfrica 2010, y ahora, la oportunidad de conseguir su 15º quinta Copa América de su historia y convertirse de esta manera en el más ganador de dicho certamen. Merecido festejo el de Tabárez y todos los suyos, que con trabajo y humildad, lograron meter a su querida Uruguay en una nueva final que, fiel al histórico estilo charrúa será, seguramente, “de dientes apretados”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario